Facultad de Derecho Universidad Andrés Bello

Facultad de Derecho Universidad Andrés Bello

jueves, 17 de marzo de 2016

Derechos humanos y economía-Santiago Zárate González





Parece una dicotomía, pero no lo es. El derecho como sistema puede relacionarse perfectamente con otros sistemas, como el económico. Capitalismo y derecho resultan ser caras de una misma moneda, para utilizar una expresión común entre nosotros. El derecho aporta las normas que regulan el sistema económico tornándolo más humano y empático. No hablamos aquí de la ley que es un instrumento de poder al servicio de los intereses de quienes detentan el poder, estén o no en el gobierno, sino del derecho como sistema normativo regulatorio común, y por ende, supra legal. Esto, por cuanto siempre es posible ajustar la ley a los vaivenes políticos de turno. La Alemania nazi es un ejemplo patente de aquello.
A partir de la realidad, se construye la teoría que habrá de cambiarla mediante la creación de políticas públicas. Se trata de un modelo cuyo movimiento es circular, como lo son, en gran medida, cada una de las fases del sistema (Harcha, 1991). Son ciclos y contra ciclos que se enlazan entre sí de una manera dialéctica. La objetividad del modelo sólo explica el funcionamiento del mismo, de manera que cualquier juicio valorativo que se haga del mismo pasa necesariamente por su análisis académico, en este caso, del derecho. Éste le otorga un fundamento necesario e irreductible al modelo.
Por ello, nos preguntamos legítimamente: ¿por qué el derecho le otorgaría fundamento a un modelo cuyo funcionamiento es autónomo? Porque la autonomía del modelo no alcanza a ser absolutamente neutra. De hecho nada lo es, absolutamente. Esto significa que el modelo no es objetivo en su completitud, ya que detrás de él existe una idea o concepto que es, en definitiva lo que le da sustento. Sin embargo, no es que sea sólo el derecho lo que le puede dar un fundamento valórico al modelo, sino también otros sistemas que podríamos denominar pan ideológicos, como la matemática o la lógica formal. El sustento matemático del modelo ha permitido oscurecerlo, tornándolo inaccesible a los ojos de los más ingenuos (palabra generosa que alude en este caso a la inocencia y no a la cuna). Lejos de representar una solución al problema económico planteado desde la elección, sólo el analista podrá dar valor a lo que observa en términos tales que su opinión no se transmute en un comentario apodíctico inentendible para la masa.
Bueno, ¿y dónde encajan los seres humanos y sus derechos en todo esto? La economía como una ciencia social (discutible siempre), es más cercana al ser humano de lo que se piensa. No cabe duda que hasta al más solo de los seres le puede afectar el problema económico (Harcha, 1991), pues los seres humanos (y también los animales, con quienes compartimos naturaleza), enfrentados a la vorágine de satisfacer sus necesidades, deben pensar a cada segundo cómo sobrevivir. A pesar de nuestra indolente arrogancia, seguimos siendo parte de la cadena alimenticia.
Antes que tener derecho, Robinson Crusoe (o Tom Hanks en El náufrago), el hombre (género) se relaciona con la economía. El problema económico le ronda sin que le sea posible evadirse de él, por más que quiera.
Por eso, si el ser humano es un sujeto económico básico, ¿es posible que le afecte el derecho? ¿Dónde caben los derechos humanos en la ecuación de consumo, por ejemplo?
Sostengo que el derecho tiene como una de sus múltiples funciones, regular el comportamiento humano de manera tal que no se desvíe del camino trazado por el resto del cuerpo social, independientemente de quienes sean depositarios del poder político. Esto por cuanto las estructuras permiten u obstruyen el movimiento individual cual laberinto lo hace con los ratones de laboratorio. No somos capaces de darnos cuenta de quienes nos manipulan o conducen, o incluso si lo hacen realmente. Tal vez a ellos también los conducen (Eco, 1989). Como sea, el iter está previamente determinado, y lo único permitido es transitar por los caminos ya establecidos. Sostiene la sabiduría popular: no me importa quien gobierne; igual tengo que trabajar y comer. Nadie me regala nada.
Se ha pretendido por algunos que la economía adquiera el apellido “social”, intentando demostrar de alguna forma que el sistema pueda de alguna extraña manera, ser más humana; una máquina que sea más amigable con los seres humanos que vivimos en sociedad (Eucken, 1959). No obstante, aquello resulta ser un eufemismo que tiñe levemente el carácter individualista del sistema capitalista que se alimenta de hábitos antropofágicos para subsistir: El capital hará lo imposible para subsistir (Heilbronner, 1972), y por ello no es necesario atribuirle bondades que no posee, naturalmente. El apellido “social” no es más que una máscara que busca que las personas piensen que se trata de algo bueno. Es propaganda, si se quiere. Aunque la concepción del individuo como un sujeto que opera bajo la racionalidad estratégica e instrumental, es un reduccionismo que conlleva a considerar que éstos operan como seres aislados que sólo atienden a intereses egoístas (Coelho; Guzmán; 2012), aquello no obsta a que el ser humano se enfrente en solitario a su dilema económico, en términos de subsistencia. Implicaría sostener que la connaturalidad del ser conlleva una carga colectiva que le empece al sujeto cuando aquello no es así. Y un ejemplo claro de aquello es la metáfora de la tabula una, en virtud de la cual, enfrentado a su propia y singular subsistencia, las decisiones que tome el sujeto son absolutamente racionales y no necesariamente emocionales. Los casos de inmolación son excepcionales a la regla general de sobrevivencia de todas las especies.
En definitiva, la cuestión se centra en saber si economía y derechos humanos son compatibles. La respuesta es sí. Lo que sucede es que va a depender del mecanismo de asignación de recursos que se aplique, más que al supra sistema en sí. Esto es, si se trata del mercado, de la planificación, o de una mixtura de ambos, cuestión que abordaremos en las próximas sesiones.

miércoles, 16 de marzo de 2016

POSTULACONES ABIERTAS A LA ACADEMIA DE DERECHO CONSTITUCIONAL DE LA UNAB

Estimad@s integrantes de la comunidad académica

Les comunicamos que están abiertas las postulaciones a la Academia de Derecho Constitucional. 

La Academia es una excelente oportunidad para los estudiantes, ya que permitirá reflexionar y discutir varios temas de la agenda pública vinculados con el constitucionalismo. 

Para mayor información y para postular, escribir a los correos indicados en el afiche. 

Los estudiantes de la sede Viña del Mar pueden escribir a jastudillo@unab.cl



lunes, 14 de marzo de 2016

Muy interesante entrevista del prof. Raúl Urrutia en El Mercurio de Valparaíso


El domingo 13 de marzo de 2016, El Mercurio de Valparaíso ha publicado una muy interesante entrevista realizada al prof. Raúl Urrutia. 
El prof. de nuestra Escuela de Derecho reflexiona sobre temas de actualidad relacionados con la corrupción. La entrevista puede ser leída en su integridad en el siguiente link

domingo, 6 de marzo de 2016

Bienvenid@s al blog de la Carrera de Derecho de la Universidad Andrés Bello Sede Viña del Mar

Les damos las más cordial bienvenida al blog de la Carrera de Derecho de la Universidad Andrés Bello Sede Viña del Mar.
En los próximos días iremos comunicando información académica sobre las actividades relacionadas con nuestra Carrera.
Esperamos contribuir a la difusión de información mediante este medio.

Saludos a tod@s